Otra afición: la pintura flamenca e hispano flamenca
¿Por qué? Por el colorido y por el detalle.
El colorido es difícil de apreciar a través de internet y el detalle casi imposible. Existen algunas páginas, bases de datos de cuadros, que entre otras utilidades tiene la posibilidad de ampliar la reproducción digital del cuadro, ajustarlo al ancho o al largo de la pantalla. Algo se aprecia. También existen algunos museos que se preocupan por la reproducción digital de sus fondos y que sí permiten ver algunos cuadros en detalle.
Ahora bien como la visión en directo aún no hay nada.
Mi experiencia más placentera en este campo: la visión del retablo del Cordero Místico de los hermanos Van Eyck en Gante. Visitar Bélgica es toda una experiencia, sólo por ver el retablo ya merece la pena ir y pasarse un par de horas contemplando esa obra maestra de la pintura.
Mi pintor favorito: Rogier de la Pasture, o Rogier Van der Weyden, pues de ambas maneras se le conoce. Con un cuadro suyo intentaré poner un ejemplo de lo que es la pintura flamenca y de los detalles que atesora.
El cuadro en cuestión, San Jorge y el dragón, mide 14,3 cm. X 10’5 cm. una miniatura en sí. Está en Washington, en la National Gallery of Art, y según ellos ha sido una de sus adquisiciones más caras. Aparte del cuadro pongo dos detalles del mismo y os propongo que os fijéis en el fondo, en el paisaje, en la vida cotidiana retratada en un espacio mínimo, en los reflejos en el mar, en el río. Toda una obra de arte. Todo un pintor.
Para apreciar la grandiosidad del cuadro os aconsejo que recortéis un folio con el tamaño del cuadro, así podréis apreciar mejor la "grandiosidad" de las miniaturas.
4 comments:
Pues sí, pequeño es. Me gustan los detalles del reflejo de la ciudad sobre el río.
Todos los días se aprende algo nuevo! no conocía a este pintor.
Saludos!
Visitar Bélgica es toda una experiencia, sin lugar a dudas. Es un país apasionante pero yo prefiero el Louvre, es magnífico. Esos sitios son verdaderos contenedores de joyas.
Saludos reena.
Todo un placer.
Las joyas del Louvre son únicas, por supuesto. Incomparables e insustituibles por ninguna otras. Y las del Prado, Roma, Munich, Berlín, Viena, Florencia, etc. etc.
Tanto por ver y sentir.
Tantos sitios donde merece la pena perderse y tomar un ratito el sol.
Pero para gustos colores, sitios y pintores.
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