¿Por qué somos como somos?
No hace mucho, un conocido cibernético, aún virtual, me ha dicho: “uno no es más que un cúmulo de experiencias vividas. No nos podemos arrepentir de lo que somos, en todo caso intentar cambiarlo”
¿Realmente es así? ¿Solamente intervienen los genes y las experiencias?
Otro conocido cibernético ha plasmado sus ideas al respecto en una obra literaria. Se ha “liado la manta a la cabeza” y ha escrito y publicado en estos tiempos que corren un libro biográfico de un príncipe mallorquín almorávide intentando rescatar del olvido su memoria y reivindicar como español su figura. Magna empresa.
Entresaco dos frases:
“en aquellos tiempos, uno era sólo la parte de un todo que hacía necesario cumplir una serie de preceptos familiares. Eran obligados y pertenecer a esta familia me supuso un continuo batallar”
“Como me gustaba la declamación y la poesía y no era un exaltado, se tenía en cuenta mi opinión, que daba tras meditarla mucho, pues sabía que se esperaba buena y razonada”
Hoy el concepto de familia, como pertenencia a él queda, sin duda, trasnochado. Aparentemente trasnochado. Las bandas callejeras están ahí, la moda está ahí, y así un largo etc. Tal vez la pregunta sea ¿A qué “familia” pertenezco yo?
En cuanto a la segunda frase se me ocurren varías preguntas: ¿por qué meditaba mucho sus opiniones? ¿por qué las tenían en cuenta? ¿por qué las esperaban buenas y razonadas? ¿por qué no era un exaltado? ¿Por qué le gustaba la poesía? O acaso por que era su natural inclinación.
¿Genes y experiencia solamente?
Hoy ilustro otra vez con Rogier van der Weyden. La tabla central del Retablo de la Paloma. Sus medidas nada tienen que ver con el anterior cuadro: 138 X 153 cm. y narra, aparentemente, la adoración de los reyes. ¿Por qué aparentemente? La respuesta en el mismo cuadro. Espero la encontréis. Aunque dada la pobre calidad gráfica lo mismo es necesario “aclarar” los colores oscuros de alguna parte del cuadro (sugerencia del que ha visto el original en Münich)
Agradecimientos a la Alte Pinakothek, a pesar de la calidad
1 comment:
Para empezar, no creo que las vidas ni las decisiones a tomar estén predeterminadas.
Cabe destacar que la historia de nuestro amigo mallorquín sucedió hace bastantes siglos y que aunque las cosas hayan cambiado, realmente en lo cotidiano y en lo cercano sigan como entonces.
Quizás huyamos de una sociedad culta, como fue la antigua Grecia y Roma, y vayamos hacia un modelo superficial. Antes, una opinión de una persona culta era relevante, ahora lo relevante viene por otras lires que no quisiera comentar para no adentrarme "en trenzillas sociales".
Confío en los genes como soporte de nuestras intenciones, capacidades y enfermedades, pero sólo eso. Tener una buen motor nos puede hacer campeones pero no nos asegura que tomemos la salida en la carrera.
En cuanto a la experiencia, creo que el ser humano no tiene consciencia colectiva cuando nace, sería más característico una "tabula rasa" con gran potencial para desarrollar capacidades y unos fuertes impulsos para solventar problemas.
La vida nos moldea paso a paso, nos enseña a vivir/sufrir y pone a cada uno en su lugar.
Nobleza, valentía y honor son cualidades reconocidas como óptimas y positivas. Sin embargo, en mi opinión hasta el más destacado héroe es en el fondo un formidable cobarde [;)].
Somos un cúmulo cualidades, positivas y negativas, que en un momento dado en función de las experiencias vividas aflorará determinando lo qué parecemos ser a ojos de un tercero, ellos dictaminaran cómo y quienes somos.
Somos lo que la sociedad nos dice que somos.
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