¡Qué atrasado estoy!
Leyendo estas pequeñas noticias de los periódicos que suelen pasar desapercibidas
leo con sorpresa que 20 reclusos que cumplen tercer grado en la cárcel de Villabona, Asturias, están controlados con pulseras o tobilleras electrónicas desde el último trimestre de 2001. Hace ya un montón de tiempo… y yo sin enterarme hasta esta misma mañana.
Obviamente estos presos duermen en sus domicilios, no en la prisión, y son monitoreados desde la misma las veinticuatro horas permitiéndose incluso el envío de mensajes cortos entre el funcionario y el recluso. Deben estar en casa desde las diez de la noche hasta las ocho de la mañana, como cualquier recluso de tercer grado en la cárcel, pero con su contacto familiar.
Claro que para estar entre estos reclusos además de tener un buen comportamiento y disfrutar del tercer grado tienes que estar a punto de acabar condena, pero por algo se empieza ¿no?
2 comments:
Pues si, por algo se empieza, aunque esas pulseras/tobilleras pueden ser un poquito inhumanas...
Wenos días!
Digo yo que se las pueden quitar y escapar. Digo yo que pueden seguir haciendo malos hechos por el día. Digo yo que han de pagar condena... Si me matan un familiar y veo al tipo por la calle 10 años después, creo que a mi me dará igual si lleva pulsera o no...
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