Hoy os voy a hablar de una tradición y una fiesta antiquísima que se celebra en Trujillo, mi ciudad natal. La fiesta de Pascua florida.
Actualmente la fiesta ha derivado en una expresión más actualizada a los tiempos que corren: la fiesta del chiviri, y el lunes se celebra una excursión al campo entre amigos. Podéis ver en el enlace las ropas típicas y el ambiente de la fiesta popular que se celebra el domingo de Pascua en la Plaza Mayor de Trujillo. Aunque el espíritu de la fiesta pienso que nunca ha cambiado.
Para entender la fiesta tal vez debamos entender como se fija la Semana Santa por la iglesia Católica. Simplemente es el primer domingo siguiente al primer plenilunio de la primavera según el calendario lunar, que no el solar. Esto desde el Concilio de Nicea , año 325 d.C., antes de ese año no se habían “preocupado” por averiguar cuando había que celebrar fecha tan señalada… para lo que nos interesa: primera luna llena de la primavera.
¿Por qué antiquísima? En los archivos municipales se encuentran actas de 1447, las más antiguas que se conservan, donde se reflejan dotaciones económicas para la procesión que todos los años hacía la Corporación municipal en pleno junto con todos los sacerdotes de la ciudad, acompañados del pueblo, a una ermita que se encontraba, y encuentra, a unos 14 kilómetros de Trujillo. Ermita que pertenecía a una Orden militar y ahora se encuentra en ruinas. Esta procesión era el Lunes de Pascua.
Soy de la opinión que el actual chiviri es una supervivencia de aquella “fiesta” de la Pascua florida, fiesta de la primavera al fin y al cabo donde el pueblo y sus mandatarios caminaban 14 kilómetros para rendir culto a una virgen en una ermita de la que ahora sólo quedan ruinas pero a la que se sigue celebrando de forma masiva y, tal vez, de la misma forma procaz de antaño la llegada de la primavera y el renacer de la tierra.
2 comments:
Hay fiestas destinadas al olvido o quedan en desuso por el desinterés. Es bueno ver que ciertas tradiciones se sigan manteniendo...
Aquí también se hace una caminata para ver a la Virgen. Son más de 14 kilómetros (es de un municipio a otro) y ahora ha degenerado en una caminata "para beber". La gente se emborracha y da un poco de miedo ir.
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