Imágenes de la melancolia






























Grabados: Arriba: Durero; Abajo: Schongauer.
Óleo: Cranach el Viejo

DE LA MELANCOLÍA

“No sé por qué razón pero todos los que han sobresalido en la filosofía, la política, la poesía o las artes eran manifiestamente melancólicos…” Aristóteles

¿Qué es la melancolía? ¿Desde cuando preocupa al hombre? ¿Es o no una enfermedad?

Dejemos la palabra a Gabriela Galindo, doctora y otra enamorada de la imagen:

“Las primeras noticias vienen ya de antiguo, tanto Platón como Aristóteles distinguieron dos formas diferentes de melancolía. El primero separa la "manía divina" de la manía patológica (del "loco exaltado"), mientras el segundo separa la melancolía de los genios de la melancolía como enfermedad (allí donde la bilis se enfría), sin desconocer el hecho que pueden existir individuos en los cuales la melancolía genial se transforma en enfermedad propiamente dicha.

En la Edad Media, era atribuida a la presencia del demonio y comprendida como un pecado, por su estrecho vínculo con la acedía (o acidia), uno de los pecados capitales y que era entendida como una penosa incapacidad de reconocer la bondad del mundo y el hombre. La presencia del componente negro (bilis negra) está asociada a los afectados por este mal hasta el Renacimiento. Sin embargo hasta 1819, cuando el médico Jean Etienne Esquirol la define como una manía, es cuando realmente empieza a ser estudiada y tratada como una enfermedad psiquiátrica. Freud en su estudio Duelo y Melancolía, reconoce que el origen de “este mal” es producido básicamente por una pérdida desconocida.

Aún así, el prestigio de este estado de perturbación del alma se debe a su inminente asociación con la creatividad, o más precisamente con la genialidad: "Los melancólicos son de naturaleza seria y están dotados para la creación espiritual" (Problema XXX, i). Asimismo, encontramos que en las notas de Marsilio Ficino (1433) este define a la bilis negra como un impulso del alma que busca el centro de las cosas singulares y la eleva hasta la comprensión de las cosas más elevadas". By Gabriela Galindo

Por mi parte añadiré dos grabados y un óleo. Los grabados de Martín Schongauer y de Alberto Durero y el óleo de Lucas Cranach el Viejo.

Para quien no conozca a Schongauer decir que Alberto Durero quiso estudiar con Schongauer pero cuando llegó a su casa este ya había muerto. Tuvo que conformarse con que sus hijos le enseñaran las obras que conservaban de su difunto padre y estudiar estas.

Otra afición: La Emblemática

¿Qué es la emblemática? Siguiendo a R. G. Mahiques, de la Un. de Valencia, la unión de una imagen - o "cosa", o empresa o jeroglífico, etc- con un epigrama o prosa declaratoria que pretende retratarnos el "concepto" de sociedad que el autor "alaba", "critica", etc. Se inscribe dentro del campo del conceptualismo barroco.

Según otros el emblema es el padre de los jeroglíficos actuales con un grado de belleza y sutileza totalmente perdidos y pleno de mensajes escondidos en mil matices que se escapan a primera vista. Todo un lujo que invita a la reflexión y que no se puede disfrutar con prisas. Algo reñido con el modo de vida que nos quieren imponer.

Y para muestra un botón. Uno sencillito de Cesare Orlandi: Carnaval.

Para los que nos disfrazamos con nicks en este medio moderno de internet e intentamos descubrirnos a cada momento por donde más duele quitarse el caparazón.

Darnos a conocer, de eso se trata en los blogs.

Pues hoy hablaré de otra afición mía. Los libros antiguos.

Siempre me gustó leer. Siempre me gustarón los libros escritos con mimo, con tiempo dedicado a pensar lo que se escribe en ellos.Con mucha reflexión en sus letras. Este requisito se ha perdido con los tiempos modernos. Antes no escribía un libro cualquiera, y mucho menos se lo publicaban. Antes, se pensaba hasta lo aparentemente más nimio de un libro; eso se ha perdido.
Pero no hace tanto tiempo esos libros eran inacesibles para la inmensa mayoría de los humanos. ¿Quien podía acceder a un incunable?

Cuando me preguntan: Lungalto, ¿tú crees que eso del intelné ha mereció la pena? Suele variar mi respuesta. Aunque siempre es sí, varían los motivos dependiendo de con quien hablé enfocandola hacia su vida más usual. Para mi, creo que sólo por tres cosas hubiera merecido la pena la existencia de internet, una de ellas poder acceder a los catálogos que van existiendo de Fondos Antiguos de cada vez más bibliotecas en linea.

Y para muestra esta contraportada de un incunable de Paulus Venetus, monje benedictino tomista y estudioso de Averroes y, por tanto de Aristóteles. Todo un compendio en una sola imagen. El libro "Composición del mundo"

Hoy los agradecimientos van a la Universidad de Sevilla

Despues de mil vueltas para recordar el nick y la contraseña, lo confieso: soy un desastre; voy con el primer post ¿serio?. Ves Bit [¿ó bitdrain? ¿ó drain digital?] como sabrás más de mí, pero deberás pasarte de vez en cuando tú por aquí también.

Mi pregunta es ¿por qué la gente sensible tiende a zaherirse por lo que ocurre a su alrededor? ¿por qué se siente culpable de lo que sucede?

Observo que la gente "pasota", poco dada a pensar en los demás como personas, etc. etc. (¿para qué cargar tintas?) suele culpar de los sucesos pocos favorables al: empedrado de las calles, al primer voluntario que pasaba por allí, al conocido más cercano que estaba a mano, y así hasta una lista de mil posibilidades pero nunca a él. Todo lo contrario que la gente sensible. ¿Por qué será? ¿Por pensar en su Angel de la guarda tal vez, conocido Ramma?

Y para ilustrar el post un retazo de una de mis debilidades: Goya. Hoy agradecimientos a la Biblioteca Nacional.

Nuevo inicio de blog.

Nuevas experiencias y ¿quien sabe si nuevos conocidos?

Especialmente dedicado a un ser particulamente sensible con quien me encantaría charlar de lo humano y ¿de lo divino quizás?