Wednesday, June 27, 2007

¡Cuánto gaznápiro!

Hacia tiempo que no me dejaba caer por aquí, no estaba de humor. Pero hoy una noticia me ha sobrecogido el ánimo.

Ahora resulta que para investigar en España resulta que hay poner dinero del bolsillo, por que la Universidad va retrasada en pagos… y vamos no es una noticia filtrada por cualquiera sino reconocida por el vicerrector de Investigación de la Universidad de Oviedo, Pedro Sánchez Lazo.

Pues ya me vendrán dentro de poco los políticos en época de elecciones a marearme con números y estadísticas y a convencerme de que este país no está tan mal en materia de Investigación…

no, tan mal no… PEOR.

Y en otro orden de cosas, donde también abundan los gaznápiros y, sin duda, con más mala baba…pues nada que los dedico unos versos para que se culturicen un poquito, sin acritud:


No he de callar, por más que con el dedo,

ya tocando la boca o ya la frente,

silencio avises o amenaces miedo.


¿No ha de haber un espíritu valiente?

¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?

¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Hoy, sin miedo que libre escandalice,

puede hablar el ingenio, asegurado

de que mayor poder le atemorice.

/ /

Ni los trujo costumbres peregrinas

el áspero dinero, ni el Oriente

compró la honestidad con piedras finas.


Joya fue la virtud pura y ardiente;

gala el merecimiento y alabanza;

sólo se codiciaba lo decente.


No de la pluma dependió la lanza,

ni el cántabro con cajas y tinteros

hizo el campo heredad, sino matanza.


Y España, con legítimos dineros,

no mendigando el crédito a Liguria,

más quiso los turbantes que los ceros.


Menos fuera la pérdida y la injuria

si se volvieran Muzas los asientos:

que esta usura es peor que aquella furia.


Caducaban las aves en los vientos

y expiraba decrépito el venado:

grande vejez duró en los elementos.


Que el vientre, entonces bien disciplinado,

buscó satisfacción y no hartura,

y estaba la garganta sin pecado.


Del mayor infanzón de aquella pura

república de grandes hombres era

una vaca sustento y armadura.


No había venido, al gusto linsojera,

la pimienta arrugada, ni del clavo

la adulación fragante forastera.


… / /

Hoy desprecia el honor al que trabaja,

y entonces fue el trabajo ejecutoria,

y el vicio graduó la gente baja.

D. Francisco de Quecedo y Villegas


Por no extenderme he copiado fragmentos sueltos, espero sepan entenderme.



Saturday, June 16, 2007

Obituario

Hoy me he enterado de una noticia que ha apenado mi corazón: ha muerto una amiga. Mía y de la familia por añadidura.

Era mayor, lo suficiente como para considerar su muerte “ley de vida”, y además, estoy seguro que su fuerte fe a hecho este paso distinto y, ¿quién sabe si hasta gozoso? Y estoy seguro de su fuerte fe porque era monja de clausura, difícil decisión siempre y más en estos tiempos que corren.

En sus últimos años de salud plena la comunidad la eligió como Madre Superiora y fue en esos años donde tuve la gran suerte de conocerla, tratarla y labrar una amistad que tanta cosas me ha aportado. Me hubiera gustado estar con ella en sus últimos momentos, cosa imposible por otro lado, y poder darla un apretón de manos, uno más.

Hizo innumerables cosas buenas, muchas. Pero tal vez la más importante que yo presenciara es que sabía como conseguir hacer sentir importante a cualquiera, todos crecíamos en su presencia. Todos éramos más gracias a ella.

Sirvan estas palabras de recuerdo y consuelo para esa comunidad que seguro sabrá salir de esta perdida tan grande. Palabras que nunca serán leídas por ellas pero no por eso inútiles.

“Nunca lleva tanta agua el río que no quede un vado, sólo hace falta arrojo y paciencia para encontrarlo” (Sor Pilar, Jerónima y excelente persona, D.E.P.)


Sunday, June 10, 2007


Del paisaje y del paisanaje -1-


En estos días son varios los temas personales que me tienen ocupado el “sentío”, así que ustedes disculparan si no comento ningún aspecto de la mal llamada actualidad.

Como los temas son realmente intrascendentes para ustedes, que no para mí, los tocaré de una manera ambigua y metafórica. Espero que sepan disculparme.

Así que los he agrupado en dos grupos: los que tratan del paisaje y los que tratan del paisanaje. Y si me paro a reflexionar un poquito más despacio sobre ellos pues casi acabaría despreocupándome de ellos…, pues entiendo que solos se acabaran solucionando; pero nobleza obliga. Y como es probable que alguno de los que englobo en los llamados del paisanaje piense lo contrario hoy resumo mi parecer con otro clásico no muy habitual en este cajón de desastres:

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

Fray Luis de León

Sunday, June 03, 2007


“Vengo a visitar un lugar sagrado”

Leonardo Boff visitó el pasado 1 de Junio la parroquia de San Carlos Borromeo en Madrid y preguntado por la prensa del por qué de su visita contestó: “vengo a visitar un lugar sagrado”

Llevaba tiempo con ganas de hablar sobre la polémica de San Carlos Borromeo, pero mejor con reflexión y sin la pasión del momento ¿no? (Para el que no esté al tanto de la polémica simplemente tiene que visitar su página web y se enterará rápidamente)

Formalmente hay que darle la razón al Obispado madrileño, ¿cómo no? :) . Ellos tienen unas rígidas normas y el que no las cumple pues puede ser sancionado y entre las sanciones está el cierre de la parroquia: no se puede decir misa en vaqueros, no se puede dar la comunión sino es con hostias, etc. etc.

Pero ¿y en el fondo? ¿Tiene en el fondo razón el Obispado? ¿No tiene que predicar la Iglesia el Evangelio de una manera pura, sin desvirtuar la palabra en Él vertida y predicar con el ejemplo supremo: el amor al prójimo? Si contestamos que si a esta pregunta nos encontramos con un dilema en el tema de San Carlos Borromeo ¿tiene razón el Obispado en el fondo?

Personalmente creo que no

En estos tiempos que corren donde la Iglesia se queja de la falta de vocaciones, del alejamiento de la juventud de las iglesias, del cada vez menor número de personas que abrazan su fe lo que deberían es preguntarse como es posible que en el barrio de Entrevías de Madrid exista una parroquia que domingo a domingo llene y aún queden personas que sigan la misa desde la calle, incluso con lluvia; como es posible que ante la amenaza de cierre todo un barrio, casi una ciudad e incluso uno de los paladines de la Teología de la Liberación, entre otros, estén apoyándola.

Tal vez falte amor en la sociedad y cuando alguien lo derrocha asombra.