Tuesday, April 22, 2008


Hijos que me heredáis: la calavera

pudre, y no bebe el muerto en el olvido;

del sepulcro no come y es comido:

tumba, no aparador, es quien lo espera.


La que apenas ternísima ternera

la leche en roja sangre ha convertido,

no por ofrenda, por almuerzo os pido,

y el responso, después, de hambre, muera.


Dadme aquí los olores cuando huelo;

y mientras algo soy, goce de todo:

venga el pellejo cuando sorbo y cuelo.


A engullirme mis honras me acomodo,

que dar el vino al polvo no es consuelo,
y piensan que hacen bien, y hacen lodo.

D. Francisco de Quevedo y Villegas .

Soneto en Manuscrito

No comments: